Sin importarte demasiado el qué dirán o qué opinarán de él, «El Retrovisor» ha decidido abandonar eventualmente su apacible refugio en internet y salir a la calle en forma de libro dispuesto a contarlo todo o, mejor dicho, a recordarlo todo o «casi» todo.
Para ello, se ha vestido con sus mejores galas blogueras, o sea, con una selección de «prendas» personales extraídas del blog, en las que es posible revivir historias y anécdotas que se remontan a un tiempo no tan lejano, al menos en la memoria sentimental de su autor, José Molina Melgarejo (Granada 1956).
El resultado de esta «intrépida» experiencia callejera, de este «paseo emocional por la memoria», es un libro ilustrado en el que José Molina relata en primera persona recuerdos sencillos pero inolvidables sobre cómo era para él la vida cotidiana, especialmente en los años 60. Es decir, cómo eran las «cosas de casa», al calor del brasero, a la espera de una conferencia a cobro revertido o del «terrorífico» practicante; la barbería del «corto y a raya», la seductora panadería de Doña Concha, la droguería de olor indescifrable o la tienda de ultramarinos de Don José, la más concurrida del barrio; las patrióticas clases de historia en el colegio solo para niños o solo para niñas, de latín, siempre con mucha «patientia nostra», de gimnasia con o sin plinto, o de francés «au claire de la Lune»…
Desde la distancia, a veces más cercana de lo que parece, tampoco falta la evocación a las tardes de futbolín o a aquellos juegos infantiles para todos los gustos y géneros, ya fueran «reunidos» o armados de chapas, cromos, canicas, tacones, tabas, combas o bonis; a las sofocantes vacaciones de verano, a la dulce y alegre Navidad al compás del «Tamborilero» o a la Semana Santa de pasión y penitencia; a los lacrimógenos seriales radiofónicos o a los programas de televisión tolerados para todos los públicos; a las inolvidables canciones de Karina, Los Brincos, Mike Ríos o Gigliola Cinquetti que podían escucharse en uno de aquellos discos sencillos de 45 rpm; a la apasionante «aventura de leer» tebeos, revistas audaces, novelas ilustradas, enciclopedias o fascículos, de ir al teatro de la mano de Don Juan Tenorio o de Celia Gámez a una de sus revistas musicales «subiditas de tono»; a los cines de estreno o de sesión continua y las películas del Oeste, de aventuras o «de risa» que cada semana se proyectaban en ellos; a las emocionantes tardes futboleras de domingo pegados al transistor o a las emergentes estrellas del atletismo, el boxeo o el motociclismo… Sin olvidar, por supuesto, los obligados viajes a Palomares, a Gibraltar o a la Luna y, de paso, comprobar que, en efecto, el turismo es un gran invento y que se cumple a rajatabla lo de mantener limpia España, que buena falta le hacía.
En este paseo sentimental de 304 páginas, el lector tiene a su alcance cien breves pero emotivos relatos, distribuidos en diez apartados diferentes, para poder reactivar su memoria, sellarla para siempre o volver a guardarla en el baúl de los recuerdos. Historias todas ellas narradas con un tono afable y desenfadado, no exento de una cierta nostalgia a flor de piel. Recuerdos, como señala el propio autor, «que nos pertenecieron durante un tiempo y que, de algún modo, nos siguen perteneciendo, porque sin ellos sería difícil escribir el corto o el largo relato del camino que hemos recorrido hasta ahora».
Sara –
Simplemente maravilloso
Sandra –
un viaje por la memoria
Isabel Castro –
Qué recuerdos!!!!
Me ha encantado el libro; su manera de describir la vida de entonces me ha hecho revivir hermosos recuerdos.
Laura –
Me ha gustado mucho el libro, es un gran autor, lo recomiendo!
Laura –
Es un buen libro de un buen autor, lo remiendo 100%!
Marta –
Me ha encantado, lo recomiendo al 100%.
Andrea –
Es increíble como describe cada momento y como lo expresa en cada palabra. Lo recomiendo muchísimo.
Cristina Inglada –
Preciosos recuerdos, excelentemente descritos. Un placer de lectura!!
Maria Dolores Pérez –
Me ha encantado. Revivi ese pasado tan querido. Se lo regale a mis hijos.
Esther –
Maravilloso!!! Me ha encantado y lo recomiendo de verdad. Magistralmente escrito es capaz de hacernos vivir y sentir al máximo detalle de las vivencias de nuestro pasado.
alejandro –
Toda una delicia de lectura que te hace viajar al pasado como si de una máquina del tiempo se tratase.
Súper recomendable!
daniel –
Increíble!!! muy ameno y divertido. No es de mi época pero es muy interesante trasladarse a esos tiempo y aprender, era todo tan inocente!
Inmaculada Puche –
El Retrovisor es un libro de recuerdos, de mirar para atrás y de sonreír cuando van apareciendo fotografías que rememoran infancia, juventud. Es un libro de cabecera para disfrutar despacio y recreando tu propia historia.
Eva Frutos –
Es difícil no dejarse arrastrar por el estilo inconfundible de José Molina. En este libro teje los recuerdos de una generación (o de varias) con la deliciosa fluidez de su prosa, su gran sentido del humor y el respeto hacia la sensibilidad del lector.
Habla del pasado con sutiles referencias al presente. Hilvana el rigor documental con la narrativa costumbrista, muy atento al detalle.
Destila familia, sentimientos, alegría, nostalgia. ¡Qué de emociones atesora “El retrovisor”! Y con qué sutileza nos las desvela su autor a través de cada objeto, festejo, situación, dentro de su espacio, en su tiempo y contexto… Y todo ello acompañado de entrañables imágenes.
Gracias, Pepe, por hacernos revivir aquellos años con una sonrisa.